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Lo que no ponemos en el C.V.

Cada vez que leo mi curriculum vitae hay una convergencia de emociones de satisfacción y de "¡¿cómo carajo sobreviví a ese infierno?!". Cuando se actualiza el C.V., se suelen asociar al cargo los resultados obtenidos de la gestión, mientras que las incontables experiencias de inconformidad suelen omitirse, ¿verdad?


Lo cierto es que redactar nuestro currículum es una acción meramente técnica y hay elementos muchos más importantes que no se integran en esa historia, como los retos emocionales (según dicta el paradigma y el estereotipo del documento). ¿Les interesaría a los entrevistadores saber cómo libramos nuestras batallas para no perder la cordura? O… ¿No nos interesa contarlas? Sin más preámbulo, vamos entonces a lo que no incluimos en el C.V.:


  • “He hecho el trabajo de otro, por lo que he adquirido conocimientos que me sirvieron más adelante”. De tanto morderme la lengua…

  • “Prioricé situaciones personales para luego ejecutar los deberes laborales eficientemente”. Si no voy primero, no puedo ser la segunda a bordo, ni mucho menos la mano derecha.

  • “Entendí que las empresas son personas, pero que nada es personal”. Porque en diez años no recordarán ni mi apellido.

  • “Habilidad para decir no”. Y gestión de enemistades en el acto.

  • “Destreza para intuir”. Las corazonadas, por experiencia acumulada, han salvado muchos días.

  • “Gestión del trabajo en solitario”. No todos los días tengo ánimo para generar huracán de ideas con otros, si por lo menos fuese solo una llovizna…

  • “Capacidad para resumir la verdad”. Sin intención de justificarse con excusas. A veces, la demasía de detalles confunde al receptor del mensaje.

  • “Habilidad para trabajar con personas con las que se tiene poca o nula afinidad”… Y que van en sentido contrario al propio. Eso es tolerancia pura.

  • “Entrenamiento para apagar incendios”. Abogo más por la anticipación y los planes de contingencia, pero incluso así aprendí a utilizar el extintor.

  • “Discreción para llorar en el baño”. No todos los días son buenos y es mejor liberar las lágrimas, aunque signifique justificar que una pelusa (muy grande) se metió en el ojo.

  • “Empatía cuando gestionan mi tiempo”. Una sonrisa sutil e hipócrita para quien dispone de tu recurso y espacio sin preguntar si estás disponible.

  • “Aprendizaje de terapia psicológica "in house”. Transformación del escritorio en un diván terapéutico cuando los colegas venían en busca de consejo. En la mayoría de las ocasiones me limitaba solo a escuchar y a dar apoyo, porque poco sé yo de los caprichos de la vida.


¿Qué habilidades escondidas tienes y no has incluido en tu C.V.?


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