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Lo que los emprendedores nos negamos a aprender

Para aclarar conceptos, por lo menos los míos, emprender no es una acción exclusiva de aquellas personas que se lanzan al mundo de los negocios con una idea rompedora, para mí emprender es la actitud de atreverse a transformar para descubrir donde están exactamente nuestros límites.


El aprendizaje forzado y continuo que implica subirse a la vaca loca de una nueva meta debería empezar cumpliendo un criterio: Incomodarse ahora para estar menos incómodos después. La comodidad total es un camino con fin, lo que significa renunciar a avanzar... Otro de mis conceptos.


Un nuevo reto implica adquirir conocimiento para afinar la técnica, pero lo que se evita con frecuencia es esa información más importante para que el emprendimiento sea sostenible, y es la relacionada con el desarrollo humano.


"Más cabeza y menos corazón" suele ser la consigna para activar una actitud exitosa, pero lo cierto es que el conocimiento sin la emoción solo puede dar como resultado retos, proyectos o negocios desechables y de contenido vacío.


He aquí entonces el conocimiento que muchos emprendedores incluyéndome se niegan a aprender o posponen para cuando tengan tiempo:


Conectando el cerebro al corazón: Gestión emocional


Se prioriza aprender a gestionar finanzas, producción, marketing, etc., para formalizar la meta, pero escasamente se piensa en aprender a gestionar las propias emociones porque en un ambiente competitivo es señal de debilidad. Los emprendedores no confían en su autoconocimiento como herramienta transformadora sino que pretenden utilizar los triunfos que aún no han llegado para transformarse y sentirse bien... Es decir, al revés y de afuera hacia adentro.


La credibilidad en nuestro talento o negocio solo es posible cuando anteponemos el autoconocimiento para ser la representación exacta del resultado que queremos ofrecer.


Conoce tus emociones, explóralas, gestiónalas y priorízalas porque son el punto de partida para que te creas y crean tu cuento.


Actitud salomónica: Una persona, dos vidas.


Mis clientes suelen coincidir en el paradigma de tener dos vidas: La vida personal y la vida profesional. Hasta hace poco yo misma lo veía como la regla de oro de ser profesional, en la que debía bloquearse el ingreso de los problemas personales en el trabajo y viceversa, y para ello debíamos partirnos en dos, o amordazar a una mitad para que la otra trabajase tranquilamente.


Dejar aparcados a nuestros problemas en la puerta de casa o de la oficina es ponerlos en estado de fermentación y de multiplicación, cuando lo que se requiere para desvanecer un obstáculo es permanecer el mayor tiempo posible con él para encontrar su debilidad y vencerlo.


Emprender es una acción integral, un viaje donde se empuja una sola piedra que representa todos los retos de la experiencia de vivir. La técnica y el protagonista son los mismos, lo único que cambia son los grados de la pendiente. Si insistes en tener dos vidas, estarás duplicando la magnitud de tus problemas y esa actitud solo logra desacelerarte para alcanzar la cima.


Un activo productivo: Tu salud mental


«La ansiedad siempre ha sido mi problema y creo que he aprendido a vivir con ella». Esto me lo dijo el otro día un miembro de nuestra comunidad La Vaina Corp., cuando me contaba que tenía un imán para que todo lo malo le ocurriera al mismo tiempo y que por más que intentara fortalecer su actitud positiva, la salud de su mente y cuerpo no se sumaba a la causa.


Ansiedad, depresión, ataques de pánico, insomnio, pensamientos negativos destructivos... La lista es larga en lo que se refiere al bienestar de la boloñesa que custodian nuestras dos orejas. Hablar de salud mental debería ser tan normal como hablar del clima, pero sigue siendo un tema tabú cuando el crecimiento intelectual y material están ligados a la salud del cerebro.


No podemos ignorar a nuestros traumas sin resolver, al pasado tormentoso ni mucho menos a nuestros miedos e inseguridades porque ignorarlos es alimentarlos. Si sospechas que algo dentro de ti no funciona como se supone, prioriza tu psique y ajusta tus tornillos acudiendo a un especialista. Tu bienestar psicológico ayuda a crear emprendimientos libres de conductas tóxicas.


Es un puente, no un teléfono roto: Comunicación


La pasión es como ese potro salvaje que representa nuestro brío para conquistar metas, pero con el tiempo esa pasión debe adaptarse a la calma de la objetividad para mantener la congruencia entre lo que sabemos y lo que expresamos.


Nos cuesta comunicarnos con eficiencia porque el antiguo enfoque competitivo de la superación nos ha enseñado que para defender nuestro sueños hay que gritar y hacer ruido para hacernos respetar, y que el silencio es para los débiles e ignorantes, pero lo que estamos consiguiendo finalmente es incendiar los canales para comunicar nuestro propósito.


Asegúrate de que tus emprendimientos estén libres de chismorreo, información sin contrastar, crítica destructiva, ego y de todo aquello que se filtra por un teléfono roto para distorsionar la realidad cuando es difícil de entenderla. Lee más, escucha más y aprende a comunicarte eficientemente para que puedas construir más puentes de conexión con las personas que habitan en tus objetivos.



Si hubiese sido más consciente de la importancia de las conceptos anteriores cuando empecé a emprender, me hubiese ahorrado muchos retrocesos y laberintos. Hoy, cuando entiendo que la superación hace parte de la naturaleza humana, priorizo más aprender a cuidar las raíces que podar las ramas.


Si tienes en mente emprender un nuevo reto, que salga desde el corazón y después de la ambición, porque tu intuición emocional es la que siempre va a enviarte señales de lo que necesitarás aprender para evolucionar, aunque sea más atractivo el manual de hacer fortuna de la noche a la mañana.


Gracias por leer y hasta la próxima vaina.


Sandra.

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