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Mentoría: Busca a tu Señor Miyagi

Los mentores están por todos lados, y algunos de ellos se han hecho oficialmente del título porque han decidido profesionalizarse en ello. Nos hemos topado constantemente con mentores en distintas etapas de nuestra vida sin darnos cuenta: la profe de primero de primaría; el entrenador de voleibol; el panadero que nos comparte la receta del bizcocho de vainilla; esa tía que lleva la mitad de su vida viviendo en el extranjero; la señora de mantenimiento de la oficina que te asesora en la compra de una lámpara; los libros de Robin Sharma sobre Ferraris y levantarse a las 5 a.m.; los vídeos del gracioso maestro tibetano Mingyur Rinpoche y ese compañero de trabajo o vecino que "desinteresadamente" te acoge en su séquito de pupilos.


El Sr. Miyagi, personaje icónico de la película Karate Kid, ha sido el referente mundial en materia de mentoría, porque su estilo de enseñanza planteaba siempre un reto a Daniel San, que pensaba que el anciano deliraba con sus historias y analogías. Es que encerar un automóvil o podar un bonsái sonaba tan aburrido como improductivo, hasta que el despojo de la desidia mental y la necesidad, le permitió a Daniel encontrarle el sentido y la utilidad a esas actividades rutinarias.


Tal vez muchos de nosotros hemos sido influenciados por señores y señoras Miyagi sin ser conscientes de ello, rescatando sus enseñanzas en momentos turbulentos de nuestras vidas. Ojo, que si tu personaje influyente es Joda o La Mujer Maravilla es igualmente válido, porque además la ficción nace de gente con la experiencia de la creatividad, otro tipo de mentores, al fin y al cabo.


Razones por las que necesitas incluir la mentoría en tu rutina


La razón más importante es, porque nos gobierna la pereza y nos asusta el fracaso. No lo menciono como algo negativo, pero habiendo caminos ya trazados y errores ya cometidos, lo sensato sería acudir a sus autores. La rueda ya fue inventada, así que ¿para qué inventar otra manera de rodar, si nuestros antepasados aprendieron a los golpes para perfeccionarla?


Necesitas mentores porque si tu intención es la transformación profesional o personal, las preguntas y las dudas serán una constante en el proceso. Los libros o Internet podrían tener las respuestas pero no el referente de experiencia que te urge. Necesitas a quien acudir con toda tu ignorancia y humildad, para pedir que te sostengan la linterna en tu siguiente paso. Si lo tuyo es dar pasos a ciegas y que el aprendizaje venga con las caídas, es un actitud admirable, pero ¿has pensado en el tiempo que desperdicias y el retraso que abrazas?


La mentoría es una estrategia de crecimiento eficaz y de retroalimentación inmediata, siempre y cuando haya conexión con el mentor y que éste vea también una oportunidad para aprender de ti. ¿Qué creías, que los mentores lo hacen de manera desinteresada? Ellos mismos necesitan vías de actualización sobre lo que sucede allí fuera, y tú eres una fuente perfecta para informarse.


Otra vaina bonita de la mentoría, es que los mentores de corazón grande y mente brillante ven reflejado en sus mentees (traducción: pupilos o aprendices) la perpetuidad de su legado, porque hay tantas cosas que quieren hacer antes de partir pero saben que no es posible por factores fuera de su control. Así que, su manera de transferirte el conocimiento es proponiéndote retos titánicos e hitos inimaginables, pidiéndote a cambio, sin palabras, que lo hagas mejor y ejerzas una mentoría superior cuando sea tu turno.


Cómo elegir a tus mentores


Si todo este tema es nuevo para ti, empieza con personajes célebres que te inspiren. Por ejemplo a mi en temas profesionales me inspira Betty (sí, la fea de la novela), y para temas más humanos y espirituales me decanto por Jay Shetty. No conozco en persona a ninguno de los dos, pero sus roles son mis puntos de partida para lograr el desarrollo integral que tengo en mis planes.


Si trabajas para una empresa con un departamento de recursos humanos bien estructurado, seguramente contarás con programas de mentoría. Podría darse de manera casi que impuesta si no hay conexión con el mentor o mentora asignado, pero es una oportunidad de quedarse con lo útil de la experiencia. Si por otro lado, no cuentas con el recurso de este programa, tu iniciativa debe ser la de localizar a esa persona experimentada que admiras en tu lugar de trabajo y hacer un acercamiento. Algunos estarán encantados de guiarte y compartir su experiencia, otros tal vez te mirarán con recelo, así que saca de ellos lo que puedas, que por el momento copiar las buenas prácticas laborales no está penado por la ley. Mejor pedir perdón que pedir permiso.


Personas de tu entorno, que son mentores sin que tu los catalogues como tal. Muchos de nosotros mantenemos el recuerdo del acompañamiento de nuestra madre, abuelo, amigos de la infancia y aquellos jefes buenos o malos que han dejado huella en nuestra carrera. Estas son mentorías orgánicas y bastante genuinas de gente que nos aprecia, así que hazlo más intencional y prepara un plan de mentoría, solo tienes que hacer un listado de preguntas en las que necesitas orientación para tomar decisiones importantes.


Necesitas toda la mentoría que puedas conseguir a cero costo, casi gratis, porque a algún café tendrás que invitar a tus mentores. Si bien las terapias psicológicas, las sesiones de coaching profesional o las especializaciones académicas son una inversión acertada, la mentoría (que también las hay de pago) tiene la bondad de darse de manera más fluida a tu alrededor, y por eso deberías estar alerta para que puedas hacer rendir un poco más tus finanzas. Además, ¿a quién no le gusta lo gratuito?


No tiene que ser la persona con más antigüedad o edad dentro de tu entorno laboral o personal, es más importante que tengan las habilidades y experiencia en los campos de tu interés.


Cosas que evitar en una relación de mentoría


Regula tus expectativas, no esperes que tu mentor sea la panacea del conocimiento y tenga todas las respuestas. Si la relación mentor-mentee es casi perfecta, tú también estás planteándole a esta persona retos de crecimiento.


Evita las tutorías, no elijas a personas que quieran limitar la experiencia a una relación unidireccional, que de eso ya tuviste bastante en el colegio. Una mentoría productiva es en la que hay comunicación bidireccional, retroalimentación constante y construcción permanente.


Di no a la confrontación de egos. Tal vez haya temas técnicos en los que tengas más manejo, pero ello no significa que la experiencia de tu mentor no tenga valor. Si hay cosas que ya sepas, escucha humildemente sus historias porque es probable que tengan otro final. Ya sabemos que hay una posibilidad de que la mala del cuento sea en realidad Caperucita Roja.


Evita continuar la relación si no hay afinidad o pocas cosas en común. En ocasiones nos deslumbramos por el éxito profesional o personal de los mentores y no damos importancia a que su sistema de valores no sea compatible con el nuestro. Como ya lo he dicho en otros artículos, una cosa es tener diferencia de opiniones, pero otra muy distinta es tener diferencia de valores. Asegúrate de compartir con tus mentores intereses y pasiones que lleven a discusiones productivas y que a su vez éstas den paso a terceras posibilidades.

Y termino como otros hubiesen empezado este artículo, con el origen de la palabra mentor. Viene del griego Mentor, nombre propio de un personaje de la Odisea de Homero, amigo de Ulises e instructor de Telémaco; por extensión se aplica al que actúa de consejero o guía. También se asocia con la raíz indoeuropea men que significa pensar. Pero fue François Fénelon, escritor francés, quien dio el significado a lo que hoy conocemos como mentor, a través de su novela de aprendizaje Las aventuras de Telémaco, publicada en 1699, donde al personaje de Mentor se le asigna un rol más protagónico e importante como maestro, consejero y guía del joven Telémaco.


Espero haberte dado razones suficientes para incluir a un señor o señora Miyagi en tu diario sufrir, ya sabes que mi lema, o uno de ellos, es que esta vida hay que saber sufrirla con inteligencia. No esperes experiencias perfectas de mentoría, busca experiencias de transformación que te beneficien a ti y a tus mentores.


Muchas gracias por leer y hasta la próxima vaina.


Sandra.

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